jueves, 12 de febrero de 2009

Materiales Educativos/materiales didácticos


“Me pareció muy interesante la lectura de los textos propuestos en "recursos". Me detuve especialmente en la evaluación de los materiales curriculares y me permitió visualizar que lo que hacemos los docentes al momento de evaluar los materiales curriculares es una mirada ligera, sin profundidad y sin tener en cuenta aspectos importantes que hacen al material, su uso y que condicionan la enseñanza y los aprendizajes .
Rescato del texto de Gutiérrez su constante preocupación por la participación de los emirec, en todo el proceso, habilitando voces tanto en los profesores como en los alumnos y la continua aclaración de lo que es la interacción. Por un lado las TIC son medios y herramientas y pueden ser considerados materiales curriculares pero por otro lado plantean una evolución de modos de pensamiento, de modos de acción. Los docentes aprendemos otras formas de organizar la narrativa ocupando al mismo tiempo dos lugares: el de el que está aprendiendo y el del que está trasmitiendo y ayudando a otros a aprender.El evaluar materiales curriculares cambiamos el bosquejo pedagógico del enseñar, del aprender y de los contenidos”

Comparto este mural que realizó Painé y que me parece imperdible para mostrar como a lo largo de los foros vamos juntando nuestras voces y nuestras miradas. ¿Servirá como material didáctico?

viernes, 30 de enero de 2009

EATIC:CAMBIAR LA MIRADA: ¿Docentes Guardabosques ó Docentes Jardineros?



¿La escuela educa ó la escuela forma? ¿Cuál es la transformación que puede hacer la escuela?
Al ingresar a la escuela, un niño ya está socializado, pero con una concepción de mundo y de normas adquiridas en forma espontánea. La escuela debería lograr que los alumnos desarrollen placer por aprender. Aquí entran a tallar dos conceptos que magnifican o aplastan la idea del placer: educación/formación. La escuela es realmente educación, porque produce cambios significativos en las conductas de los alumnos, positivos o negativos; pero también la escuela produce formación, porque aparte de enseñar contenidos de ciencias desde disciplinas, enseña lo que se hace bien o mal, tiene un régimen de calificaciones, acreditaciones, promociones y de convivencia, de las que los niños y sus familias se apropian tempranamente y las trasladan a sus hogares. Las relaciones entre los actores de las instituciones educativas están cargadas de signos significativos, “con sensibilidad o falta de ella, con sexismo o igualdad, respeto o falta de respeto, formas de comportamiento solidarias o egoístas” ( Santos Guerra, 2008).La formación apunta a una evolución del pensamiento y los alumnos, padres y los docentes en las instituciones escolares terminan “transformándose o deformándose”. En estas instituciones sociales se desarrolla un imaginario y un simbólico del deber ser. Si nos remitimos al nacimiento de las instituciones de Freud en su obra “Tótem y Tabú”, podemos encontrar la hipótesis central de su obra en la irrupción de una fuerza que rompe la armonía existente y necesita de un signo que le recuerde a las fuerzas que antes gobernaban. Sin duda, esta interpretación particular como etnógrafa de la obra de Freud, me sirve para reflexionar sobre los instituídos y los instituyentes y los efectos en la educación y en la formación de docentes y alumnos (y sus familias).La educación, tal como la conocemos hoy, procede del proceso social que se llamó “Ilustración”, ubicada en los siglos XVIII y XIX, y que se concretó en el espacio educativo en la escuela y el aula como organización político-administrativo.Estas instituciones educativas atraviesan hoy una crisis de autoridad, donde el triángulo de poder: contenido/docente/alumno, que ha sufrido rupturas en los cinco vectores: encierro, autoridad, moldeado, monopolio de contenidos y vigilancia, como espacios de inculcación de saberes que el filósofo francés Michel Foucaut, llamó “sociedades disciplinarias”. La crisis por la que atraviesa la escuela se manifiesta en el desarme de ese dispositivo disciplinario a partir de las NTIC, del quiebre de la figura tradicional del docente como autoridad y de la escuela como “templo del saber”; pero el proceso que garantizaba la eficacia del triángulo era el “moldeado” donde el alumno es un ser pasivo,” la materia inerte dispuesta a recibir la forma proveniente del docente”. A partir de que la materia amorfa es considerada “formada”, por el reconocimiento de la socialización, la función del docente como “molde” comienza a ser cuestionada y los conocimientos ya no son tesoros administrados desde la escuela, sino que entran en redefiniciones e incorporaciones permanentes, donde el alumno participa al aprender y el docente debe seguir siendo alumno para poder enseñar. La totalidad desaparece, nadie es dueño de lo total.La formación supera a la educación en permanecer a lo largo de toda la vida. Aparecen nuevos conceptos, introducidos por Deleuze, que atraviesan a la educación, superando al moldeado: el modelaje y la modulación. El modelaje, es el camino intermedio entre el moldeado y la modulación. La materia, el alumno, no es tan “tabula rasa” ni tan formada, sino que tiene formas básicas que se ponen en relación con otros y asumen formas nuevas, de acuerdo a necesidades e intereses.La escuela hoy está produciendo cambios que justificarían modos de apropiación diferentes en la escritura y el cálculo. Pasa de la linealidad de la oración a la hipertextualidad del texto, de una verdad a muchas verdades, etc.
En estos cambios, los alumnos deberían aprender usando nuevas herramientas tecnológicas, como por ejemplo el blog. El blog para los alumnos, aún pequeños, desarrolla nuevas subjetividades en la forma de enseñar y en la manera de aprender. Se trata de estimular “la reflexión y curiosidad del otro”, como diría Bion, a fin de despertar y desarrollar el interés y la búsqueda del saber. Desde el rol docente, el maestro asume que podemos enseñar a otros desde la posibilidad de que el alumno también sea autor. La escritura en formatos textuales o poéticos, los cálculos matemáticos, las investigaciones sociales, los proyectos emergentes sobre problemáticas que afectan a las personas y al medio ambiente, por ejemplo, tienen, en la escuela destinatarios inexistentes, desde autorías que sólo son gratificadas con notas para los boletines escolares, lo que no ofrece satisfacciones reales a los alumnos en el deseo de aprender y de disfrutar los trayectos escolares; lo que conduce a los alumnos a ser “apáticos y violentos” en la adolescencia. El blog permite desviar el modelo clásico de la educación y transformar la desigualdad en el uso del dispositivo escolar del enseñar/aprender/evaluar. Sirve para elucidar que la incorporación de datos aleatorios y de manera compulsiva que sólo sirven para “llenar las mentes” y cubrir los tiempos y espacios escolares que no producen saberes y atentan contra las infancias y su desarrollo.Los docentes deberían promover que los alumnos tengan su propio blog. Para las escuelas que no cuentan con conexión en red, se promoverían visitas a un ciber o la participación de la familia en la creación y seguimiento del blog en la computadora del hogar o se podría utilizar bitácoras con plantillas vacías y compartirlas en el espacio áulico o en “ferias de ciencias” escolares o interescolares.Se invalidan las excusas de las “pobrezas” de los alumnos, ya que son los niños que provienen de exclusiones familiares y sociales, los que también tienen mayores índices de abandono y fracasos escolares. El uso de las nuevas tecnologías debería servir para mejorar la enseñanza y romper los discursos de profesías autocumplidas de que los niños pobres no aprenden.
Necesitamos docentes formados para utilizar pedagógicamente la tecnología digital, explorando, junto a sus alumnos, nuevas formas de aprender. La creación del blog no está previsto como una forma de utilizar las tecnologías para entretener o para ocupar los recursos de la escuela y mantener aportes económicos de programas nacionales como PIIE, por ejemplo.Los alumnos, con esta metodología, podrían usar formatos textuales donde desarrollen sus pensamientos y aprendizajes de las distintas asignaturas. Se daría una verdadera interdisplinariedad desde la lengua y lenguaje como transversal, ya que el alumno, más allá de las competencias lingüísticas, desarrolla competencias comunicativas, que la escuela tradicional no promueve.La resignificación del blog con fines pedagógicos permite también cambiar la mirada de la evaluación, ya que serían los alumnos los que elegirían sus mejores producciones, con regularidad pactada entre docentes y alumnos, para ser evaluados en competencias y aprendizajes prioritarios.Con el blog, los alumnos son autores y saben que tienen destinatarios reales, lo que hace más atractivo el aprender.Tomando las imágenes usadas por el sociólogo polaco Zygmunt Bauman, para describir la situación de la educación en la Ilustración, que es la de la contraposición entre un guardabosque y un jardinero y adaptándola a lo dicho anteriormente y al rol del docente en el siglo XXI, puedo llegar al título de esta obra, considerando que: el guardabosque es alguien que protege la proliferación de la vida en el interior de un territorio; el jardinero es alguien que trabaja minuciosamente dentro de ese territorio para que la vida no prolifere, sino para que se desarrolle de manera ordenada.
Bibliografía: Área Moreira, M. (1999), “Los materiales curriculares en los procesos de diseminación y desarrollo del currículum”, en: Escudero, J.: Diseño, desarrollo e innovación del currículum, Madrid: Síntesis.Bauman, Z. (2001) La postmodernidad y sus descontentos. Madrid: Akal Enríquez, E. (2002). Parte I, II y II. En: Enríquez, E. La institución y las organizaciones en la educación y la formación. Buenos Aires: Novedades Educativas: UBA. Facultad de Filosofía y Letras. pp. 19-38.Birgin, A. ( 1999), “ La docencia como trabajo: la construcción de nuevas pautas de inclusión y exclusión”, en su libro: El trabajo de enseñar. Entre la vocación y el mercado: las nuevas del juego, Buenos Aires: Troquel.Deleuze, G. (1995), Conversaciones, Valencia: Pre-Textos.Foucault, M.(1996),Vigilar y castigar, México: Siglo XXI.Gibbons, M. (1998), Pertinencia de la educación Superior en el siglo XXI, Disponible en WRL: http://www.humanas.unal.edu.co/contextoedu/docs sesiones/gibbons_victor_manuel.pdfFreud, S. (2007) Obras completas: tótem y tabú y otras obras. 1913-1914.-2da. Ed.9na.reimp. Buenos Aires: Amorrourtu.Gvirtz, S., Palamidessi, M. (1998), El ABC de la tarea docente: curriculum y enseñanza, Buenos Aires: Aique Grupo Editor. Litwin, E., (2005), De caminos, puentes y atajos: el lugar de la tecnología en la enseñanza. Educación y Nuevas Tecnologías, II Congreso Iberoamericano de Educared. Disponible en URL: http://www.educared.org.ar/congreso/edith_disertacion.aspPerkins, D. (1995), “La enseñanza y el aprendizaje: la teoría uno y más allá de la teoría uno”, en: Perkins, D., La escuela inteligente. Del adiestramiento de la memoria a la educación de la mente, Barcelona: Gedisa. Santos Guerra, M. (2008) Enseñar o el oficio de aprender, en Conferencia 7° Congreso Internacional de Educación Santillana , Buenos Aires: Aula Santillana.

miércoles, 28 de enero de 2009

TTC- EAR- PAUTAS QUE CONECTAN- LA ESCUELA/EL YO, LA ESCUELA/NOSOTROS


- Podría decirme, por favor, qué camino he de seguir desde aquí? - Eso depende en buena medida del lugar adonde quieras ir - dijo el gato. (Lewis Carroll, Alicia en el país de las maravillas)

“Educar no es sólo una forma de ganarse la vida; es sobre todo una forma de ganar la vida de los otros” ( Miguel Angel Santos Guerra, 2008)

La escuela es un gran espacio de aprendizaje colaborativo. Desde que ingresan los niños a la escolarización, aprenden que ya nada es individual: se comparte la puerta de acceso, el patio, el salón de clases, la maestra, la enseñanza (ya no contesta sólo a la pregunta del niño/a, contesta “para todos”), los problemas y los logros, el chupetín y la goma de borrar, etc.
A veces, ese espacio, es demandado individualmente, con más fuerza que lo habitual, y allí comienzan los conflictos, los problemas, que a través de la mediación, nuevamente de lo colaborativo, recupera el orden y la estabilidad. La escuela lucha por romper lo individual y hacer surgir a la persona, pero en esa lucha van quedando rastros, que nos llevarán a actuar de una determinada manera en otros momentos, con otras personas. Muchos no van a entender porque desarrollamos determinados comportamientos y dirán en lengua argentina pura: “cheeeé, no era para tanto, no hace falta que te enojés”. Claro que no vamos a poder contarle toda la historia del “aprendizaje colaborativo” que la escuela nos dejó.
Cada uno de nosotros no es “la escuela”, ni cada uno es “la familia” pero conservamos rasgos de la formación recibida de cada institución por la que hemos pasado.
La escuela es comunicación, que en el sentido de la definición de Bateson:”Es un conjunto que incluye a todos los procesos a través de los cuales la gente se influye mutuamente: un más allá del cuerpo que traspasa el perímetro biológico mediante extensiones de la mente, que en su alcance comunicativo, mediante los efectos de esas extensiones y de sus trazas informativas, se convierten en puntales y vigas de cohesión psicológica y social, de interacción, identidad y pertenencia a un contexto dado.
Cuales son esos puntales y vigas de cohesión social, de interactividad, identidad y pertenencia que la escuela desarrolla con ayuda de la tecnologías? Al decir de Enríquez (2002), “algunos de los instrumentos pueden convertirse en los nuevos totems del campo pedagógico: el uso de la informática y las diversas tecnologías, la ilusión de un reemplazo posible o “compensatorio” de la relación personal por la intermediación tecnológica, la creencia en un trabajo cognitivo que desconoce la operación de lo inconsciente…”
La escuela se mueve a partir de un currículum. El currículum no es sólo lo que se observa en las aulas, ni tampoco sólo los documentos que se presentan, también existe el currículum oculto, que tiene las mismas o mas enseñanzas que el real, un currículo declarado y uno de uso, con múltiples representaciones en las comunicaciones y en lo social.
Mientras que se aprenden disciplinas de las ciencias al mismo tiempo se aprenden hábitos, ritos, mitos, cultura que es propia de un alumno experto. Las relaciones entre los actores de las instituciones educativas están cargadas de signos significativos, “con sensibilidad o falta de ella, con sexismo o igualdad, respeto o falta de respeto, formas de comportamiento solidarias o egoístas” ( Santos Guerra, 2008). Currículum es básicamente, conocimiento experto que se articula con un dispositivo. Entonces la tarea del docente sería la de crear ó adecuar dispositivos que permitan pensar, que encuentren las contradicciones, que problematicen.
¿Quién valida los conocimientos? Cómo surgen los instituídos? Quién fija la normalidad y la anormalidad? Cuáles son las respuestas que la educación debería dar a las demandas sociales? Cuáles son las demandas sociales por educación? Quién las releva, cuándo y dónde?
La triada de la modernidad ha sufrido rupturas, la relación “armónica”: docente contenidos, alumnos, comienza a cuestionarse y aparecen discursos y actuaciones contrahegemónicos del poder de los conocimientos científicos, de las técnicas y la metodología usada en las aulas.
La descentralización de lo tradicional conforma una nueva triada pedagógica: docentes, alumnos y conocimiento/tecnología/saberes, situada en cada trayecto de formación. “El tembladeral que se ha producido en este fin de siglo ha instalado profundos cambios sociales, nuevos fragmentos, nuevas exclusiones e inclusiones. Fenómenos tales como la globalización, las mutaciones culturales y tecnológicas, la metamorfosis del mundo del trabajo, transformaron de tal modo el escenario que han producido una nueva cartografía del espacio social. En él, la escuela es a la vez fuertemente demandada e impugnada. Sus promesas se desvanecen y a la vez se multiplica”. (Birgin 1999).
Como debilidad, aún subsisten formas del conocimiento que en la modernidad se justificaban como saberes y poderes absolutos . El saber científico sobre el mundo, situado por encima de las comunidades y el hombre, se enfrenta hoy a nuevos problemas para los que no tiene respuesta, porque escapan a su racionalidad subyacente, por lo que la diversidad aparece con lectura difusa en cuanto a respeto, tolerancia, alteridad, (a)normalidad, lo que hace sospechar de los nuevos currículum escolares.
“Persiste aún un modelo de institución escolar creado para responder a las necesidades de las incipientes sociedades industriales, un currí­culum compartimentalizado y secuenciado en materias en orden creciente de dificultad, un desarrollo deficitario de la infraestructura y recursos tecnológicos en las aulas, una ausencia de conocimientos y destrezas tecnológicas y pedagógicas para planificar, desarrollar y evaluar actividades educativas apoyadas en tecnologías y la vigencia en las actividades y prácticas en el aula de los modelos tradicionales que priman la transmisión y recepción del conocimiento”. (Area Moreira, 1998).
Lo “colaborativo” no aparece por incorporar tecnologías digitales en el aula, sino que es una forma de aprendizaje. Es más provechoso que el uso de TIC se encuentre en cada una de las materias donde los alumnos desarrollen su aprendizaje con aportes de las mismas. Los alumnos no sólo deben aprender a responder preguntas sino también a preguntar, a resolver problemas, a contrastar sus hipótesis, a reflexionar, a evaluar sus resultados y a tomar decisiones.
Problematizar los mitos y la historia que cuentan los libros y los docentes, es una de las propuestas para desmitificar, liberar el pensamiento, construir el saber y lograr el criterio propio y la autonomía del discurso que no es más que el respeto por la libertad y la diversidad expresada en el yo. Es poder correr el lugar hegemónico del pensamiento y del saber, en el triángulo didáctico, desde el docente al alumno y viceversa. El conocimiento hoy se da a partir de ciencias en permanente evolución y gestación, por lo que la incorporación de TIC, en trabajo colaborativo en la escuela permite pensar en una “ciencia de las redes”. Al decir de Duncan Watts (2006) “…Aquello que la ciencia de las redes puede hacer, incluso ahora, es proponernos un modo distinto de pensar el mundo, y, al hacerlo, nos ayuda a ver antiguos problemas bajo una nueva luz”.
¿Cuáles son las redes que establecemos los docentes a través de la puesta en escena del aprendizaje escolar, para incentivar a los alumnos a apropiarse del saber y no solo del conocimiento?
¿Qué y cómo disponemos saberes, materiales curriculares, tiempo y espacios escolares del siglo XXI, para decir y ver, teniendo en cuenta que nuestros adolescentes manejan un vocabulario básico de menos de 600 palabras? O los docentes manejamos sólo eso también?
Comprender y saber son capacidades que la escuela debería desarrollar a lo largo de los trayectos educativos como prioridad. Desde la escuela se plantea la necesidad de una nueva alianza, un nuevo diálogo con la naturaleza, donde el saber adopta un papel protagónico, relacionado con el valor económico del mismo que impone modificaciones sustantivas tanto en la formación de profesionales como en la educación, en lo formal y no formal, donde lo individual no tiene lugar, lo colaborativo es la forma de ser y actuar, es más que un aprendizaje, es una forma de vida.

Bibliografía:

Área Moreira, M. (1999), “Los materiales curriculares en los procesos de diseminación y desarrollo del currículum”, en: Escudero, J.: Diseño, desarrollo e innovación del currículum, Madrid: Síntesis.
Birgin, A. ( 1999), “ La docencia como trabajo: la construcción de nuevas pautas de inclusión y exclusión”, en su libro: El trabajo de enseñar. Entre la vocación y el mercado: las nuevas del juego, Buenos Aires: Troquel.
Enríquez, E. (2002). Parte I, II y II. En: Enríquez, E. La institución y las organizaciones en la educación y la formación. Buenos Aires: Novedades Educativas: UBA. Facultad de Filosofía y Letras. pp. 19-38.
Gvirtz, S., Palamidessi, M. (1998), El ABC de la tarea docente: curriculum y enseñanza, Buenos Aires: Aique Grupo Editor.
Litwin, E., (2005), De caminos, puentes y atajos: el lugar de la tecnología en la enseñanza. Educación y Nuevas Tecnologías, II Congreso Iberoamericano de Educared. Disponible en URL: http://www.educared.org.ar/congreso/edith_disertacion.asp
Santos Guerra, M. (2008) Enseñar o el oficio de aprender, en Conferencia 7° Congreso Internacional de Educación Santillana , Buenos Aires: Aula Santillana.
Watts, D. (2006) Seis grados de separación. La ciencia de las redes en la era del acceso. Barcelona: Paidós.
Watzlawick, P. (1995) El sinsentido del sentido o el sentido del sinsentido. Barcelona: Editorial Herder.

Los actores del proceso de información

Según Machlup, "...los "productores de conocimiento" se sitúan en diversos niveles: los trasportadores, que entregan el mensaje sin cambiar nada,; los transformadores, que cambian las formas ( como la taquigrafía), los procesado res, que cambian forma y contenido, pero siguiendo únicamente procedimientos rutinarios de reajuste, combinaciones, cálculos, (tal como el contable prepara un balance); los intérpretes, que actuan sobre la forma y el contenido (por ejemplo el traductor); los analizadores de mensajes, que conjugan los procedimientos establecidos con su aportación personal de tal forma que el mensaje trasmitido se parecerá en algo o en nada al mensaje recibido y, por último, los creadores originales(...)". La pregunta es ¿ Cuál es usted? Con la facilidad que ofrece la red, quienes trabajamos con la información y el conocimiento, docentes, periodistas, escritores, etc. permanentemente nos "tentamos" a usar datos extraídos de trabajos que realizan otros sin nombrar las fuentes. Esto hace parecer creativos y valiosos trabajos que no dejan de ser "plagios", constituyendo un delito común contra el derecho de autor. ¿ Enseñamos ética a los alumnos? Porque la ética y la moral no es algo que se aprende desde los textos, por lo que es muy difícil relacionarlo con el aprendizaje, pero si es necesario que forme parte de la enseñanza, por lo que es fundamental tenerlo en cuenta en nuestro rol de "formadores", en el proceso de enseñanza.
*Machlup, en Mattelart, Armand, (2002) Historia de la Sociedad de la información, Buenos Aires, Paidós.