
Los sistemas y las instituciones educativas guardan relación con otras esferas de la sociedad. Lo que en cada una de ella sucede, repercute con mayor o menor intensidad, en las demás.
Las relaciones específicas de poder que existen en cada sociedad tienen una prolongación en el sistema educativo. Mientras que en la escuela se aprenden disciplinas de las ciencias al mismo tiempo se aprenden hábitos, ritos, mitos, cultura. Las relaciones entre los actores de las instituciones educativas están cargadas de signos significativos, “con sensibilidad o falta de ella, con sexismo o igualdad, respeto o falta de respeto, formas de comportamiento solidarias o egoístas” ( Santos Guerra, 2008), donde el entorno influye en el aprendizaje. Los fenómenos culturales, entre ellos el currículum escolar, atravesaron diversas teorías y aparecen ejerciendo fuerzas como conocimiento multidimensional de la realidad, “…donde …la complejidad se plantea en diversas fuentes…terrenos. El pensamiento complejo …debe respetar la multidimensionalidad de los seres y de las cosas(…)“…La ciencia clásica se fundaba en la idea de que la complejidad del mundo de los fenómenos podía y debía resolverse a partir de principios simples y de leyes generales. De este modo, la complejidad era la apariencia de lo real, y la simplicidad, su naturaleza misma…” (Morín, E. 2002).[1]Esta simplicidad es lo que provocó la fragmentación en: Contenidos, Áreas, Disciplinas, lo escolar/lo extraescolar/lo no escolar, etc. Los procesos de naturalización y de universalización, se plasmaron en las currículas escolares y provocaron rupturas y crisis. Las crisis aparecen expresadas en:
la escuela y el aula
en la función docente
en la condición de alumno
El tiempo y el espacio del aula no pueden aislarse del exterior; ahora las tecnologías de información hacen que se pase del tiempo lineal a la velocidad, y del espacio material al espacio virtual o espacio de los flujos (Castells, 1999)[2].La actividad docente clásica, sobre la conciencia y sus tecnologías afines (la escritura, por ejemplo), ha perdido eficacia frente a una subjetividad, la del alumno, interpelada por los medios y las tecnologías digitales.
Las nuevas tecnologías, complementan a otras tecnologías ya en uso, aunque ellas sean las tizas y el pizarrón. Gros (2000) [3] , hace referencia a que se necesita que la tecnología se incorpore en las aulas desde la normalidad, Es más provechoso que el uso de TIC se encuentre en cada una de las materias donde los alumnos desarrollen su aprendizaje con aportes de las mismas. Los alumnos no sólo deben aprender a responder preguntas sino también a preguntar, a resolver problemas, a contrastar sus hipótesis, a reflexionar, a evaluar sus resultados, a tomar decisiones, a utilizar y crear software educativo [4](programas para ordenador; educativos y didácticos), para facilitar los procesos de enseñanza y de aprendizaje.
La construcción de aprendizaje significativo requiere activar las ideas previas de los alumnos presentarles los nuevos contenidos conectándolos de tal manera que se integren convirtiéndose en conocimientos útiles para su proyecto de vida.
Si por currículum entendemos, el complejo entramado de experiencias que obtiene el alumno, incluidos los efectos del currículum oculto, “(…)el diseño tiene que contemplar no sólo la actividad de enseñanza de los profesores, sino también todas las condiciones del ambiente de aprendizaje gracias a las que se producen esos efectos. (G.Sacristán, 1993)[5]
Sin embargo, “…el tembladeral que se ha producido en este fin de siglo ha instalado profundos cambios sociales, nuevos fragmentos, nuevas exclusiones e inclusiones. Fenómenos tales como la globalización, las mutaciones culturales y tecnológicas, la metamorfosis del mundo del trabajo, transformaron de tal modo el escenario que han producido una nueva cartografía del espacio social, (…)el concepto sobre “educación y nuevas tecnologías” abarca todas las oportunidades que las tecnologías tienen para mejorar la educación y hacer más fácil la tarea en el aula, tanto para docentes como para alumnos. Quizás podemos plantear desde la transformación del currículum, donde los medios estaban destinados a lograr mejores fines por el concepto de currículum (…).”Birgin (1999)[6].
Perkins (2001)[7], sintetiza las ideas que se enmarcan en esta perspectiva en dos puntos:
1. El entorno –los recursos físicos, simbólicos y sociales inmediatos fuera de la persona– participa en la cognición, no sólo como fuente de entrada de información y como receptor de productos finales, sino como vehículo de pensamiento.
2. El residuo dejado por el pensamiento –lo que se aprende– subsiste no sólo en la mente del que aprende, sino también en el ordenamiento del entorno, y es genuino aprendizaje pese a eso.
La formación situó al docente como un ejecutador de teorías y propuestas creadas por una comunidad específica, donde los medios estaban al servicio de los fines. Con la introducción de la TIC, la tríada comienza a cuestionarse y en las rupturas aparecen discursos y actuaciones contrahegemónicas del poder de los conocimientos científicos, las técnicas y los métodos. Sin embargo, en las escuelas:“Persiste aún un modelo de institución escolar creado para responder a las necesidades de las incipientes sociedades industriales, un currículum compartimentalizado y secuenciado en materias en orden creciente de dificultad, un desarrollo deficitario de la infraestructura y recursos tecnológicos en las aulas, una ausencia de conocimientos y destrezas tecnológicas y pedagógicas para planificar, desarrollar y evaluar actividades educativas apoyadas en tecnologías y la vigencia en las actividades y prácticas en el aula de los modelos tradicionales que priman la transmisión y recepción del conocimiento”. (Area Moreira, 1998)[8].La educación del siglo XXI necesita “(…) un currículum que exponga a los estudiantes a los tres campos (reinterpretación del yo, reinterpretación del mundo y crítica transformadora del saber) y en el nivel más elevado dentro de cada uno. Currículum que difiere del modelo usual basado en competencias y centrado en el rendimiento.” (Barnett, 2001)[9], por lo que la función del docente es la de ser "facilitadores"[10] y la tarea es crear dispositivos que permitan pensar, que encuentren contradicciones, que problematicen, que permitan que el conocimiento se traduzca de diferentes maneras. Tanto los estudiantes, como los profesores saben que su éxito depende de que puedan encontrar un lugar propicio en la Sociedad del Conocimiento.
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[1] Morín, E. en Grinberg, M.(2002).op.cit.
[2] Castells , M. (1999) La sociedad red, Madrid: Alianza.
[3] Gros Salvat, op. cit
[4] Pere Marqués El sofware educativo, op. Cit.
[5] Gimeno Sacristán, J. y Pérez Gómez, A. (1993) Comprender y transformar la enseñanza. Opr. Cit.
[6] Birgin, A. (1999) “La docencia como trabajo: la construcción de nuevas pautas de inclusión y exclusión”, en su libro: El trabajo de enseñar. Entre la vocación y el mercado: las nuevas del juego op. Cit. .
[7] Perkins, d. (1995) La escuela inteligente. Del adiestramiento de la memoria a la educación de la mente, op. Cit.
[8] Área Moreira, M. (1999), “Los materiales curriculares en los procesos de diseminación y desarrollo del currículum”, op. Cit.
[9]Barnett, Op.Cit.
[10] Brockbank y McGill (2002) op. Cit.
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